Venialbo

Los vecinos de Venialbo celebraron durante el fin de semana la festividad de San Antonio de Padua. La fiesta se llevó a cabo el domingo con una misa en honor del santo y la posterior procesión por las calles de la localidad. Tras la procesión se procedió el cambio de varas y al final los actos religiosos se dio a besar la reliquia . Este año cedieron las varas Ramses Manso y Sergio Rodríguez y se las ofrecieron a Enrique Sánchez y Christian Palacios. Los mayordomos salientes realizaron el convite a los vecinos en las vísperas y los entrantes el domingo por la tarde. La Cofradía de San Antonio de Venialbo, que cuenta con de 90 cofrades, tiene apadrinado un niño en el Tercer Mundo.

Ayer comenzaron las fiestas de Venialbo con el pregón y chupinazo a cargo de la orquesta «Universal». Durante las semanas anteriores la localidad ha vivido su verano cultural, lleno de actividades deportivas y de cultura, así como un concurso de paellas, en el que fue tomada la imagen de arriba. La villa vivirá esta noche un encierro urbano con un toro y dos vacas, que estará seguido de una verbena a cargo de «Malasia». Mañana se celebrará un segundo encierro urbano con la suelta de cuatro vaquillas a las siete y media.

Venialbo celebra estos días su semana grande en honor de Nuestra Señora de la Asunción y San Roque, que comenzó el pasado martes con el desfile de peñas, pregón y chupinazo.Casi treinta agrupaciones de peñistas se concentraban a media tarde con sus uniformes, estandartes y mascotas oficiales en la zona de las escuelas, de donde a las seis en punto partió el desfile que atravesó todo el pueblo para llegar hasta la plaza del Ayuntamiento, donde se leería el pregón, con una parada intermedia en la plaza de la Iglesia.Las calles de la localidad estaban abarrotadas pese al calor, y las peñas las llenaron de alegría, color y jolgorio, mientras que la charanga «Tropicana Show» puso la música que acabaría de animar a todos los presentes.Una vez en la plaza, se procedió a la lectura del pregón por parte de Serafín Carreira, un gallego afincado en el País Vasco que es un cazador asiduo a las dehesas de la zona junto a un nutrido grupo de aficionados a la cinegética y que destacó «la hospitalidad de los venialbinos».Tras el pregón el alcalde Jesús Vara Colino saludó a sus convecinos, a quienes agradeció su «su tesón» para plantar cara a la crisis y el «impagable trabajo desinteresado» de tantos vecinos que han contribuido a embellecer el pueblo con sus aportaciones personales. En este sentido, destacó que «Venialbo se ha movilizado como ningún pueblo de Zamora para sacar adelante su tierra».Tras los pertinentes vivas a San Roque y a Venialbo se encendieron los cohetes del chupinazo y comenzó la fiesta, con limonada para todos los mayores de edad, que continuó hasta altas horas de la madrugada con la orquesta «Universal».En el acto también se proclamó a la reina de las fiestas, elegida por la comisión de festejos entre todas las jóvenes que forman la quinta del presente año. La afortunada fue Tamara Sánchez, y las dos damas que la acompañarán en todos los actos María Brió y Gloria Blanco.Ayer, toda la localidad celebró una misa castellana en honor a Nuestra Señora de La Asunción, seguida de un vino español y una tarde dedicada a los más pequeños con todo tipo de juegos que se desarrollaron en la pradera. Por la noche Venialbo ofreció el primero de los encierros, urbano con dos vacas y un toro, que fue seguido por la verbena a cargo de «Malasia».El pueblo vivirá hoy un segundo encierro urbano con la suelta de cuatro vaquillas a las siete y media de la tarde, mientras que la noche estará animada con un concierto del grupo leonés «Radar». Por la mañana no podrá faltar la misa en honor a San Roque.Mañana se celebrará el evento más importante de la semana. se trata del tradicional encierro de «San Roquito», que como cada año comenzará a las diez y media del día 17 en la pradera de la localidad. Los caballistas tratarán de guiar a los astados hasta el interior del pueblo, en cuyas calles continuará la carrera. El encierro contará este año con tres toros y seis cabestros de la prestigiosa ganadería salmantina de Miranda de Pericalvo. La noche estará animada por la orquesta vallisoletana «Galeón», que triunfó en las fiestas de Pamplona.Por otra parte, la diversión siempre está asegurada en las bodegas de Venialbo.

Como preámbulo a las fiestas de San Roque las Asociaciones (cultural "Villa de Venialbo, de mujeres "Río Talanda" y de jubilados "San Benito") en colaboración con el Ayuntamiento, han celebrado una semana cultural. Durante estos días se han celebrado el concurso de tortillas, juegos infantiles y el cuarto campeonato de Calva.El sábado y el domingo tuvo lugar un mercado medieval en la Plaza del Caño, animado por el colectivo ZOA y con un espectáculo de canciones y representaciones teatrales.Los juegos con los niños continuarán a lo largo de esta semana con distintas conferencias.

Venialbo es un rincón singular en la provincia de Zamora asentado en el corazón de la Tierra del Vino. Está situado al sur del Duero, al este de Zamora y al oeste de Toro  con cuya dilatada campiña confluye su término municipal, que en forma de rombo se extiende en su eje mayor con dirección de Noroeste a Sureste. Linda con  los términos de las localidades vecinas de El Piñero, San Miguel de la Ribera, El Pego, Valdefinjas, Sanzoles y Toro. También es rodeado por dehesas  y montes, que contribuyen a que haya  abundante caza y madera de encina, como El Monte Coto de unas 900 Hectáreas,  propiedad  municipal,  que los vecinos compraron  en 1581  a Felipe II, el Hondajo,  Valdemimbre, Aldeanueva, Pinar de Toro, Peñalva y Pinar de El Pego. Su  superficie  es de 4.188 Hectáreas y su altura sobre el Mediterráneo de 705 metros.Gómez Carabias escribía de esta Villa en el último tercio del siglo XIX: “Esta villa laboriosa e ilustrada, tiene su asiento en una hermosa vega rodeada de tesos de poca elevación, poblados de viñedo y exquisitos frutales, y formada por una  deliciosa pradera que fecunda el río Talanda, unido  ya en aquel término con el Montoya y que atraviesa dividiendo en dos partes la población y corriendo por el término municipal cerca de dos leguas. Con las copiosas aguas de estos dos  ríos, aumentados por las corrientes de abundantes y numerosos manantiales, se fertiliza la rica y productiva pradera de exquisitos  y permanentes pastos con que se alimenta  un crecido número de ganado lanar, caballar, mular y vacuno holgón y de trabajo. Sus afueras pobladas de chopos, álamos y negrillos cuyas compactas  ramas impiden que los rayos del sol penetren en muchos lugares y al pie de cuyos troncos serpentean las cristalinas y exquisitas aguas de innumerables fuentes que brotan en aquellos puntos alegrados por el cántico del ruiseñor, del mirlo y del jilguero, hacen de ellas uno de los sitios más pintorescos y deliciosos del Partido de Toro.”La que fue la “Gran Villa de Venialbo”,  ha ido sucumbiendo como es resto de poblaciones Castellanas, al fenómeno migratorio de sus vecinos  y de una población de unos 1700 habitantes a principios del siglo ha pasado a tener en la actualidad unos 518 habitantes, perdiendo junto a ello algunas  de sus identidades como lo fuera  su popular  cerámica y sus compañías de teatro  conocidas en toda la región.  En esta lucha por sobrevivir, ha ido manteniendo  muchas de sus costumbres más ancestrales,  y prueba de ello es el tradicional BAILE DEL NIÑO   que aún conserva de este brillante pasado.El origen de este baile-procesión, del que se dice que fue compuesto y desarrollado por las gentes de Venialbo, puede estar en las jotas traídas desde la zona de Cantabria en tiempo de los Reyes Católicos cuando éstos mandan desocupar  las tierras zamoranas pobladas de judíos y repoblarlas de gentes cristianas, y que en el caso de Venialbo muchos de ellos, vinieron del Norte de la Península.La fiesta es celebrada el 27 de Diciembre, día de San Juan, y estaba enmarcada dentro de las fiestas de invierno de la villa que duraban varios días: Nochebuena, Navidad, siguiente a Navidad, San Juan y los Santos Inocentes, perdurando este Baile del Niño como la tradición más identificativa de la localidad.La población muestra con este baile la devoción religiosa que la ha distinguido siempre, como lo prueban las numerosas cofradías y hermandades existentes.Elegancia y finura, son las notas destacadas de este baile, además de la religiosidad, fervor y adoración que se profesa al Recién Nacido. Todo gira en torno a él, siendo sagrado en este tradicional baile que los jóvenes no pueden dar la espalda a la figura del Niño que es portado en andas por los más pequeños. El baile es siempre de cara a la imagen, y tan sagrado era  esto, que antiguamente se ponían fuertes multas  a los danzantes que se atreviesen, en algún momento de la procesión, a  dar la espalda al Niño.Este Baile-Procesión único en el mundo, se perdió durante algunas décadas, pero con la llegada del nuevo párroco Anastasio Covarribias y el empuje  y tesón de los vecinos en recuperar sus tradiciones, fue felizmente recuperado  en el año 1983,  y desde entonces es considerado como la fiesta más identificativa de Venialbo.Antiguamente era bailado solamente por hombres, coincidiendo con la quintada principalmente, debido a la dificultad  y dureza del recorrido, así como al ritmo rápido del baile y la singularidad de hacerlo hacia atrás. Se bailaba sin ningún traje especial, solamente una pieza de cuero hasta las rodillas, “los leguis”, les protegían del agua y del barro en un recorrido de tierra. Hoy está abierto a mujeres y niños, y los danzantes llevan elegantes trajes regionales las jóvenes y los chicos van ataviados con pantalón negro, camisa blanca, chaleco y fajín, haciendo sonar sus castañuelas al ritmo de la música de la flauta y el tamboril. Los trajes  dan un colorido y una  vistosidad  especial a la procesión.La procesión tiene lugar una vez finalizada la misa, y  hace un recorrido saliendo de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción  por la carretera hasta las inmediaciones de la Ermita del Cristo de la Vera Cruz, situada en la zona alta de la localidad. Allí se producen las “venias” y se regresa nuevamente al templo de salida, no sin antes bailar el vistoso y tradicional “FLOREO” al niño en la Plaza de la Iglesia. La procesión finaliza con el rezo de un Padrenuestro, un Ave María y un Credo por parte de todos los presentes, regresando la procesión al templo de salida. Jesús Vara Colino C/   Carretera de Zamora nº5 49153  VENIALBO (Zamora) Tlf. 980.57.32.67Tlf.móvil  635. 26.59.21

A las 13 horas del día de hoy,  domingo 14 de Junio, comenzaba en la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Venialbo la Santa Misa oficiada por el párroco local Anastasio Covarrubias. Los feligreses de Venialbo acudían con sus mejores galas, pues la ocasión lo merecía,  ya que se trataba de participar en  una de las fiestas  religiosas más grandes de la localidad y  que además, antiguamente tuvo su Cofradía. El coro con sus canciones daba aún más solemnidad al acto religioso. Al finalizar la misa,  tendría lugar la procesión del Santísimo, alrededor de la Iglesia, si bien hasta el último momento  no se decidiría  la salida de la procesión debido a la lluvia que a los largo de la mañana caía en Venialbo de manera  intermitente. Pero en un deseo de los vecinos por acompañar al Santísimo en su recorrido, la lluvia hizo un alto y pudo llevarse a cabo la procesión del Santísimo bajo el bonito Palio portado  por los padres de los recién nacidos que serían BENDECIDOS en un momento de la procesión. Este año no ha habido niños de primera comunión, que hubiesen sido los protagonistas de regar de pétalos de rosa  el recorrido del Santísimo,   de ahí que los más pequeños  de la localidad, fuesen este año los  encargados y protagonistas de cubrir de  pétalos  las calles al paso del Santísimo portado en su custodia de plata por el sacerdote.En un momento del recorrido los vecinos recibirían la bendición del Santísimo al igual que los nueve recién nacidos que como es  la tradición en Venialbo, tendidos en un lugar preferente recibían la bendición ante el orgullo y emoción de padres, abuelos y familiares. Este año los vecinos vibraron con el alto número de recién nacidos, ya que hacía muchos años que no se veía un grupo tan numeroso. Este hecho hizo olvidar  la falta de niños  este año de primera comunión en Venialbo.  Los nombres de los  recién  nacidos  son Lucía Hernández, Lidia Mayo,  Víctor Arias, Marta Frutos, Claudia Álvarez,  Celia Vara, Carlota Galán,   Lorena Sahagún y  Layla García.La  fiesta  del CORPUS sigue celebrándose en la localidad con mucha solemnidad y religiosidad.Jesús Vara